Cautiverio romántico

Dir.: Jason Reitman
Int.: Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith, Clark Gregg, James Van Der Beek, J.K. Simmons, Brooke Smith, Tobey Maguire
¿De qué va?: Durante el verano de 1987, una solitaria mujer y su hijo de 13 años conocen en un supermercado a un hombre que les convence de que le lleven a casa, donde descubren que es un convicto fugado. Juntos pasarán un fin de semana que cambiará la vida de los tres.

Reseña: La breve filmografía de Jason Reitman nos ha dejado hasta ahora un catálogo de personajes memorables y complejos: el jefe de prensa de una tabacalera de Gracias por fumar, la sabionda adolescente embarazada de Juno, el experto en despidos de Up in the Air, la antipática pero entrañable sociópata de Young Adult… Todos son antihéroes con una gran autoestima que acaban descubriendo que sus armaduras tienen grietas que los hacen más humanos de lo que creían. En su último trabajo, Una vida en tres días (Labor Day), Reitman se sale de su línea de trabajo habitual para contarnos una historia que cuenta con un proceso inverso: sus protagonistas están heridos desde el principio y encuentran la redención y el afecto en la persona de la que menos se lo esperan.

El director depura todo rastro de la comedia y el cinismo característicos de su obra previa para dar paso a un melodrama puro y duro. Su habilidad a la hora de dirigir actores y de crear una ambientación idónea para la historia en particular que está contando sigue estando presente, pero tanta solemnidad acaba cargando, especialmente porque lo que nos cuenta es difícil de digerir. A saber, una mujer desarrolla un síndrome de Estocolmo hacia el fugitivo que se ha refugiado en su casa, quien además es un partido perfecto (manitas, cocinero, amable, bueno con los niños…) a pesar de que se haya escapado de una prisión. Desconozco si la novela de Joyce Maynard en la que se basa añade matices que haga la situación más verosímil, pero lo que es la película queda demasiado forzado, y en consecuencia, los momentos más dramáticos no cumplen su función de dejarnos compungidos.

Los esfuerzos de Kate Winslet son de ayuda pero insuficientes, a pesar de que maneje a la perfección la vulnerabilidad de su personaje. Josh Brolin está perfecto como galán peligroso aunque la redención que experimenta sea bastante plana. El niño protagonista, Gattlin Griffith, no está mal, pero el Tye Sheridan de Mud, que tiene un personaje similar, le daría un buen repaso. De los secundarios, no entiendo por qué J.K. Simmons y James Van Der Beek tienen apariciones con pinta de ser decisivas en la trama y se quedan en anecdóticas. En fin, que esperaba mucho más de Una vida en tres días siendo de quien es, y aunque no se puede considerar un descalabro sí que debería ser un toque de atención para que Reitman vuelva al territorio de la tragicomedia mordaz con la que nos conquistó a unos cuantos.

6/10

Visitas inesperadas

Creador: Fabrice Gobert, Frédéric Mermoud
Int.: Anne Consigny, Frédéric Pierrot, Clotilde Hesme, Céline Sallette, Samir Guesmi, Guillaume Gouix, Jenna Thiam, Pierre Perrier
Emisión: 2012 – Actualidad, Canal+ Francia
1 temporada

Mientras que no puede haber consenso a la hora de encumbrar el cine americano como el mejor del mundo, creo que todos estaríamos mucho más de acuerdo en lo que respecta a la ficción televisiva yanqui. Tal vez se deba a que las series americanas son mucho más exportadas que las de otros países, pero si las comparamos con la televisión que se produce, sin ir más lejos, en España, comprobaríamos que la diferencia de calidad es abismal salvo en algunas honrosas excepciones. En los últimos años, Reino Unido no ha tenido mucho que envidiar a América con éxitos como Sherlock o Downton Abbey, mientras que cadenas de otros países han conseguido productos tan buenos que han llamado la atención tanto de seriéfilos de todo el mundo como de las grandes cadenas norteamericanas, que se han sumado a la tendencia de Hollywood de versionar todo lo que llame la atención más allá de sus fronteras.

En su día ya hablamos del caso de la danesa Bron/Broen y su digno remake yanqui, The Bridge, y hoy toca comentar Les Revenants, serie producida por Canal+ Francia, basada en el filme La resurrección de los muertos (2004), y que ha dado origen esta temporada televisiva a un remake inconfeso llamado Resurrection. No sé qué tal estará este último (a juzgar por los comentarios en la red no demasiado bien) pero su referente galo es un entretenimiento de notable calidad. La acción se desarrolla en una ciudad  aislada en la que aparecen de la nada personas que llevan muertas años, algunas incluso décadas. Pero en vez de ir en busca de carne humana como haría cualquier muerto viviente que se precie, regresan junto a sus seres queridos, sin recordar nada de lo que les ha ocurrido desde poco antes de perecer, intentando reintegrarse a una vida que jamás podrá a volver a ser igual y a una sociedad que no sabe lidiar con la muerte.

Les Revenants tiene una dobla vertiente: por un lado es una historia de suspense a lo Stephen King que va sembrando pistas, revelaciones y nuevas preguntas de forma dosificada, mientras que por el otro es un drama intimista en torno a los retornados y sus allegados, esas personas que tras sufrir la pérdida y aprender a seguir adelante se reencuentran con aquellos que pensaban que se habían ido para no volver jamás. Ambos factores funcionan y se complementan perfectamente, envueltos por una ambientación, fotografía y banda sonora que realza el misterio, la oscuridad y la inquietud en la que están impregnados los ocho capítulos que componen su primera y, hasta el momento, única temporada. Además, los personajes son muy interesantes, con niño grimoso y una suerte de James Dean francés incluidos, y las relaciones que se establecen entre los no-muertos y los vivos son muy interesantes, atractivas y complejas, partiendo de la fantasía para hablar de dramas muy humanos y cercanos.

No todo es bueno, hay un par de personajes muy cargantes (el policía y Camille), también un par de episodios de vuelo raso que al menos terminan con grandes cliffhangers, ninguna de las grandes incógnitas de la serie se resuelve al final de la temporada y, para más inri, su continuación se está haciendo de rogar: mis fuentes galas me cuentan que ya hay un retraso en la producción de la serie y que los nuevos capítulos no se grabarán hasta finales del verano, estando prevista su emisión para el último trimestre del año, si es que el asunto no se demora aún más. Al menos los yanquis son mucho más eficientes en los calendarios de producción, pero si el retraso sirve para facturar una segunda temporada igual de buena o mejor que la anterior bienvenido sea.  Así que si te apetece ver una serie diferente, o si quieres ampliar tus fronteras seriéfilas, o si sigues Resurrection y no te acaba de convencer, deberías probar Les Revenants, porque no te llevará mucho tiempo y descubrirás que hay vida más allá de la televisión americana y que no todo está dicho en el campo de los muertos vivientes.

Sentido arácnido corregido y aumentado

Dir.: Marc Webb
Int.: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Sally Field, Paul Giamatti, Colm Feore, Felicity Jones, Campbell Scott
¿De qué va?: Peter Parker lleva una vida muy ocupada, compaginando su tiempo entre su trabajo como Spider-Man y graduándose en el instituto junto a su amada Gwen Stacy. Peter no ha olvidado la promesa que le hizo al padre de Gwen de mantenerse alejado de ella, pero es algo que simplemente no puede cumplir. Las cosas cambiarán para Peter cuando aparece un nuevo villano, Electro, y regresa un viejo amigo de la infancia, Harry Osborn, al tiempo que descubre nuevas pistas sobre su pasado.

Reseña: Todos estábamos de acuerdo en que un reboot de la franquicia Spider-Man era algo prematuro y nada más que intento desesperado de Sony Pictures por revitalizar la saga tras la decepcionante tercera entrega de la trilogía de Sam Raimi y conservar sus lucrativos derechos cinematográficos. El reinicio dirigido por Marc Webb trajo cosas buenas y novedosas, como un actor protagonista más entonado y una subtrama en torno a los progenitores desaparecidos del protagonista, pero tener que volver a contar los orígenes del superhéroe sin distar demasiado de lo que vimos diez años atrás le restó la frescura que sí posee esta continuación, resultando ser la película más fiel al cómic de toda la franquicia.

Y por fiel no me refiero a que reproduzca los acontecimientos del cómic al pie de la letra, sino a que el espíritu de las viñetas se siente más presente que nunca gracias a una fotografía luminosa y colorida y a que el equilibrio entre el drama personal de Peter Parker y las hazañas de Spider-Man está más conseguido que nunca, por increíble que parezca dado un guión que intenta abarcar demasiados frentes: una historia de amor, una conspiración, revelaciones del pasado, amistades peligrosas, villanos resentidos y múltiples anticipos de lo que está por llegar en forma de cameos y ‘huevos de pascua’. Este cóctel podrá atragantársele a algunos pero a mí me ha resultado enormemente entretenido, y a diferencia de Spider-Man 3 no va a ciegas, sabe hacia dónde se dirige, no lleva sobrecarga, y captura a la perfección la ambivalencia del personaje,  tanto su humor un tanto bobalicón como el drama de ser el protector de toda una ciudad siendo tan sólo un adolescente normal y corriente.

En cuestión de villanos, la película da una de cal y otra de arena. Se le ha dado demasiado protagonismo en la promoción al Electro encarnado por Jamie Foxx y aunque sí que es el enemigo principal a batir, ni finalmente tiene tanto peso ni el personaje es lo suficientemente interesante o temible debido al enfoque que le han dado al personaje de fan despechado, convirtiéndolo en una parodia. La sobreactuación de Foxx también le hace un flaco favor. Mucho más acertados han estado con Harry Osborn, a pesar de lo acelerado de su evolución, gracias a la interpretación del siempre inquietante Dane DeHaan. La aportación de Paul Giamatti como Rhino es casi anecdótica, uno de esos pequeños adelantos de la tercera parte y del spin-off sobre Los Seis Siniestros.

Lo mejor de la primera The Amazing Spider-Man sigue siendo lo más destacado de esta continuación: Andrew Garfield y Emma Stone. Él revalida como el mejor Spider-Man posible y a ambos se les nota la química que han labrado desde el anterior filme (son pareja en la vida real) porque la complicidad y el cariño que se tienen es más que evidente, y en consecuencia consiguen que la historia de amor de sus personajes, en el papel un poco mareante (que si ahora sí, que si ahora no, que si ahora otra vez sí…), se eleve y nos atrape gracias a su cercanía, la intimidad de sus momentos y el encanto natural que ella posee. Webb acierta convirtiendo a la pareja en motor y núcleo de la película y relegando a un segundo plano los villanos y la acción, esta última por cierto luciendo mucho mejor que en el anterior filme.

The Amazing Spider-Man 2 es, al igual que supuso la secuela de la trilogía de Raimi, una mejora respecto a su antecesora, ya libre de la carga de tener que contar otra vez el nacimiento del superhéroe y en vías de ganarse su apelativo de ‘asombroso’. Incluso la banda sonora sale beneficiada al sustituir a James Newton Howard por Hans Zimmer. Me mantengo escéptico en cuanto a los spin-off sobre Los Seis Siniestros y Venom (¿son realmente necesarios?) pero sí que mantengo mi interés en ver cómo evoluciona este Spider-Man tras los acontecimientos de la presente película. ¿Innecesaria? Tal vez, pero eso no significa que no sea buena. Al menos, ya ha encontrado y definido su identidad sin tener que tomar cosas prestadas de su antecesora.

8/10

Confesiones de una fornicadora compulsiva

El mayor fan de Lars Von Trier es el propio Lars Von Trier, pero su egolatría no quita que sea muy buen director y que tenga ideas muy interesantes que no siempre desarrolla de la forma más idónea. Su cine es intimismo pesimista (o pesimismo intimista) contagiado por sus tendencias a generar polémica tanto fuera como dentro de la pantalla. Con ese equilibrio imposible, el amigo Lars se ha ganado una legión de seguidores que disfrutan sufriendo con sus películas y ha generado una gran expectación en torno a su proyecto más ambicioso hasta la fecha: Nymphomanic, que no es otra cosa que la vida y obras de una mujer adicta al sexo, interpretada por su actriz fetiche, Charlotte Gainsbourg, en su vida adulta y por la debutante Stacy Martin en la joven.

Que si hay sexo real, que si son actores porno los que interpretan dichas escenas, que si es tan larga que hay que dividirla en dos partes, que si va a haber una versión censurada y otra íntegra, que si esta última sólo se va a proyectar en festivales… La película ha hecho correr muchos ríos de tinta, y para qué: meses después del estreno de sendas partes queda la sensación de que la controversia generada no era para tanto. Quizás porque La vida de Adèle y El desconocido del lago llegaron antes y abrieron la veda del sexo hiperrealista en el cine, pero dudo que esta versión que nos ha llegado de Nymphomaniac vaya a escandalizar a quien no se sienta incómodo al ver un pene más de cinco segundos en pantalla. Y además resulta que en muy pocas ocasiones, lo que vemos en pantalla nos puede parecer verdaderamente erótico.

La historia está dividida en dos porque estrenar una película de 4 horas es un suicidio comercial, pero en realidad se trata de la misma película, con sus mismos aciertos y fallos. Aquí no hay esa diferencia narrativa y estilo que implantó Quentin Tarantino a los dos volúmenes de Kill Bill, tan sólo la primera parte acaba en una especie de ‘cliffhanger’ seguido de imágenes de lo que está por venir. Hay gente a la que le ha gustado más la primera parte, a otros tantos la segunda, pero yo no puedo decantarme por ninguna puesto que la historia está dividida en capítulos que narran diferentes épocas de la vida de la protagonista, Joe, y mis capítulos favoritos se encuentran en ambas partes. Por ejemplo, uno de los más destacados es el protagonizado por Uma Thurman, dando vida a una mujer desquiciada como consecuencia de una de las aventuras de Joe. La incomodidad y tensión que genera Thurman en esa escena es sublime. De la segunda parte despunta la parte en la que Joe descubre el sadomasoquismo de la mano (y la fusta) de Jamie Bell, dejando totalmente atrás a Billy Elliot. A pesar de que la Gainsbourg esté un poco lánguida, en general todo el reparto cumple, especialmente Shia LaBeouf (lástima de las locuras que le han dado últimamente) y hasta Christian Slater.

A lo largo de Nymphomaniac, Von Trier realiza varias reflexiones controvertidas a la par de interesantes, como la que hace sobre la pederastia en la segunda parte. Pero todo eso queda un tanto ensombrecido cuando la narración de Joe se corta para que su salvador, encarnado por Stellan Skarsgård, realice una compleja metáfora de lo que aquélla le cuenta relacionándolo con pesca, literatura, arte, religión y cualquier otra cosa que lo apasione o que se encuentre en la habitación. De verdad, no es necesario que este hombre filosofe con cada polvo que ha echado la chica en su vida, y si el personaje ya era un tanto cargante de por sí lo que ocurre con él al final es tan previsible como absurdo; en este aspecto Von Trier tira por lo fácil, y un poco antes que eso, se atreve a dar una visión feminista de todo el asunto, como si no supiéramos de que pie cojea desde hace tiempo… Puede que Nymphomaniac sea la película que haya hablado más alto y claro de sexo y con menos tapujos, pero eso no la convierte en la obra definitiva que Von Trier cree haber realizado.

6/10

O.C: Los tres días del Cóndor (1975)

¿De qué va?: Un funcionario de la CIA trabaja leyendo libros con el fin de detectar mensajes cifrados que permitan desvelar operaciones secretas que puedan atentar contra la seguridad del país. Un día, cuando vuelve al trabajo, encuentra a todos sus compañeros muertos. Consciente de que sigue vive por una cuestión de suerte, huye tratando de salvarse pero también para encontrar una explicación a lo sucedido.

Reputación: La década de los 70 está considerada como la edad de oro del thriller. El cine norteamericano de aquella época quedó definido por la aparición de la llamada “generación de la televisión” (John Frankenheimer, Sidney Lumet, Arthur Penn…), el nacimiento del movimiento Blaxploitation y el caso Watergate, que dio lugar al cine de conspiraciones con Los tres días del Cóndor como uno de sus mayores exponentes. Se trata de una de las siete películas que el director Sydney Pollack rodó en colaboración con Robert Redford, quien además volvería a repetir en el género de espías varias veces a partir de esta experiencia. El filme fue rodado y estrenado un año después de la publicación de la novela en la que se basa, Six Days of Condor, escrita por James Grady. El período de tiempo en el que transcurre la historia del libro fue comprimido para la película, de ahí el cambio en el título. Gray escribió una secuela, Shadow of the Condor, pero nunca fue llevada a la gran pantalla. Sólo obtuvo una nominación al Oscar, a mejor montaje, que perdió frente a Tiburón.

Comentario: Sydney Pollack le tenía tomado perfectamente el pulso al thriller político y conspiratorio tal y como se pudo ver en su última película, La intérprete, y en Los tres días del Cóndor, claramente influenciada por las máximas de Hitchcock a la hora de presentar y manejar el suspense.  Podríamos decir que la película está a medio camino entre Con la muerte en los talones y El caso Bourne, pero sin las persecuciones frenéticas de ambas (cada una a su modo). Es más, el desenlace puede decepcionar a aquellos que esperasen algo más trepidante, pero se decanta por la paranoia y el realismo, lo cual no está nada mal. En lo que la cinta flanquea es en el personaje femenino, y no porque Faye Dunaway esté mal, sino porque su aportación a la trama es prácticamente prescindible, una mujer florero en toda regla. Obviando esa parte, nos encontramos ante un thriller ejecutado con máxima corrección y cuya influencia ha ejercido incluso en Capitán América: El soldado de invierno.

Próximo visionado: Cuentos de la luna pálida de agosto (1953)

Los marshmallows nunca pasan de moda

… Y el milagro se hizo realidad. Tras una exitosa campaña de recaudación de fondos, la película de Veronica Mars se puso oficialmente en marcha, dirigida por su creador y principal promotor, Rob Thomas, y con todo el reparto de la serie a bordo, incluyendo intérpretes con apariciones muy esporádicas en la serie. Este es un proyecto hecho por y para los fans, de ahí que sus responsables hayan puesto el mayor esfuerzo para que los que han aportado dinero queden complacidos y la serie pueda tener el desenlace digno que la televisión le negó por sus bajas audiencias.

La Veronica que vemos en la película no es la agente del FBI que tendríamos que haber visto en la hipotética cuarta temporada de la serie, sino una licenciada en Derecho y Psicología que intenta conseguir un trabajo como abogada en Nueva York y dejar atrás su pasado como detective. Pero cuando recibe la llamada de Logan, ese novio con el que mantuvo una épica relación de amor/odio, pidiéndole ayuda tras ser señalado como el principal sospechoso de la muerte de su ex-novia, Veronica no podrá resistirse a la tentación y decide volver a Neptune, donde se reencuentra con viejos amigos y conocidos del instituto y acabará volviendo a las andas, implicándose demasiado en el caso.

Lo mejor de la película es, sin duda alguna, ver de nuevo en acción a Veronica Mars, o lo que es lo mismo, a la Kristen Bell pletórica de la que nos enamoramos perdidamente viendo la serie. El personaje no ha perdido en estos años ni un ápice de su encanto ni de su ingenio a la hora de lanzar respuestas rápidas y cargadas de su genuino sarcasmo. El resto de personajes conserva sus señas de identidad, pero muchos de ellos, incluyendo algunos de los más emblemáticos, funcionan más que nada para comprobar cómo les ha ido en estos años (y qué tal han envejecido), en vez de aportar algo especialmente relevante a la trama, la cual sin estar mal del todo no está a la altura de los emocionantes casos centrales de cada temporada de la serie, especialmente el de la primera, el asesinato de Lily Kane.

Los que no hayan visto la serie no pueden esperar demasiados alicientes con el visionado del filme. En cambio, los fans, entre los que me incluyo, disfrutarán de lo lindo con los numerosos guiños, referencias y cameos que abundan en el metraje y de los que sólo se percatarán de cada uno de ellos los más entendidos (y los que tengan la serie más fresca en la memoria). Esta vez, sí que nos encontramos ante un desenlace decente para la historia de nuestra querida Veronica, aunque también se deje alguna ventana abierta para una posible continuación. Esta película es sin duda un regalo tanto para los que sufrieron en su momento con la cancelación de la serie como para los otros muchos que la han visionado en estos 7 años y que también han acabado rendidos ante ella, algo clave para que este proyecto cinematográfico pudiera llevarse a cabo. En lo que a mí respecta, como orgulloso poseedor de la serie completa en DVD, me doy más que por satisfecho.

7/10

El Capi contra América

Dir.: Joe Russo, Anthony Russo
Int.: Chris Evan, Scarlett Johansson, Samuel L. Jackson, Sebastian Stan, Anthony Mackie, Robert Redford, Cobie Smulders, Frank Grillo
¿De qué va?: Tras despertar en el siglo XXI y luchar codo a codo con el resto de Vengadores, Steve Rogers se instala en Washington D.C. intentando adaptarse al mundo moderno. Pero cuando un colega de SHIELD es atacado, Steve se ve envuelto en una trama de intrigas que amenaza con poner en peligro al mundo.

Reseña: Tengo la impresión de que en cada reseña que escribo sobre una película producida por Marvel dedico un párrafo a alabar su estrategia cinematográfica, pero es que resulta indudable que esta gente ha sido muy lista tanto en el aspecto económico como en el creativo. Desde luego, ha habido un antes y un después con Los Vengadores, pues las películas de cada superhéroe que han llegado a posteriori han recaudado más que las anteriores, y ha hecho que DC y Warner quieran su parte del pastel juntando a Batman y Superman, pero no sé si éstos podrán estar a la altura de los riesgos y hallazgos que ha realizado Marvel con sus películas, innovando y yendo más allá del concepto de “película de superhéroe”.

Cuando se anunció que Joe y Anthony Russo eran los elegidos para dirigir la segunda aventura en solitario del Capitán América nadie pensó que fuese la elección más acertada. Hablábamos de los directores de una comedia tan anodina como Tú, yo y ahora… Dupree, sin ninguna experiencia en el campo de la acción. Sin embargo, los hermanos nos han dejado a todos con un palmo de narices porque han dirigido una película tremendamente compacta en la que la comedia, el suspense, la acción y la emoción se ensamblan a la perfección. Si El primer vengador era una película deudora del cine bélico y el pulp, El soldado de invierno encuentra sus referencias en el thriller político de los años 70. Todos los ingredientes están ahí: conspiración, paranoia, falsos culpables, dobles identidades, asesinatos, incluso Robert Redford, cuya presencia en el reparto no es mera casualidad. Además, el uso de los efectos digitales en las secuencias de acción está minimizado, explotando únicamente en la batalla final, lo más manido de la propuesta. Destacan las secuencias en las que vemos al Capi corriendo y peleando como en un juego de scroll lateral.

Puede que el Capitán América sea el superhéroe menos simpático de Los Vengadores, el más serio de todos, pero también es el que cuenta con el mayor conflicto: es un hombre de otra época, un viejo dentro de un cuerpo perfecto que debe adaptarse a un mundo totalmente diferente en el que esos ideales que lo animaban a luchar ahora son grises, no se puede confiar en nadie y no se conoce el límite entre hacer el bien y atentar contra la libertad y los derechos civiles. Chris Evans es un Steve Rogers/Capitán América perfecto tal y como lo fue en sus dos apariciones anteriores, no tan ingenuo como en antaño pero conservando la integridad y cierta inocencia. A su lado, Scarlett Johansson le ha tomado totalmente el pulso a la Viuda Negra y por tanto se muestra más cómoda y divertida; ambos forman una pareja con una química estupenda y que funciona gracias al provecho que se saca del contraste de sus personalidades.

Samuel L. Jackson también goza del mayor protagonismo recibido en la saga hasta la fecha, Robert Redford no se limita a ser la presencia ilustre del reparto, Anthony Mackie convence dando vida a Halcón, Cobie Smulders siempre es un placer y luego están los personajes a los que dan vista Emily VanCamp y Frank Grillo que sin duda cobrarán mucha más importancia en la siguiente película. Así con todo, Capitán América: El soldado de invierno es una de las mejores películas producidas por Marvel, un híbrido de superheroísmo y espionaje que funciona igual de bien como película independiente, tanto cuando se pone juguetona como cuando se pone seria, que como capítulo que abre un nuevo arco argumental para que los Vengadores vuelvan a reunirse de nuevo.

8/10

Creacionismo contrariado

Dir.: Darren Aronofsky
Int.: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Ray Winstone, Emma Watson, Logan Lerman, Douglas Booth, Anthony Hopkins
¿De qué va?: En un mundo asolado por los pecados humanos, Noé, un hombre pacífico que desea vivir tranquilo con su familia, empieza a tener el mismo sueño: visiones de muerte provocadas por el agua, seguidas de nueva vida en la Tierra. Es entonces cuando descubre que se le ha encomendado una misión divina: construir un Arca para salvar a la creación del inminente diluvio.

Reseña: Dice Darren Aronofsky que siendo un chaval quedó fascinado con el relato del Arca de Noé. Creo que a mí también me pasó algo parecido, porque aún recuerdo toda la letra de una canción que nos enseñaron en el colegio sobre los animales que salvó Noé del diluvio universal. Es una de las historias más conocidas y atractivas de la Biblia, pero, como sabemos todos los que no somos fanáticos religiosos, es pura ficción y fantasía. Podemos imaginar perfectamente a Noé construyendo un arca donde una pareja de cada especie animal tenga sitio y no se devoren los unos a los otros, pero otra cosa bien diferente es trasladarlo a imágenes, a una historia que tenga algo de coherencia interna. He ahí el gran reto al que se ha enfrentado Aronofsky.

Y lo ha resuelto de una manera que no satisface ni a creyentes ni a incrédulos, porque ha intentado ofrecer soluciones dentro de lo que cabe realistas (sedación de los animales), otras fantasiosas que no se ajustan a lo escrito en la Biblia (los ángeles caídos arrimando el hombro) y procurando al mismo tiempo respetar el espíritu del relato original. Aronofsky hace malabares con un tema que levanta ampollas a la mínima de ser alterado e intenta aunar espectáculo con drama íntimo, pero la mezcla no queda del todo uniforme, aunque tiene pasajes de una gran fuerza. Personalmente me quedo con las visiones de Noé y todo lo que sucede cuando el Arca ya se encuentra en movimiento, incluyendo el alucinante pasaje sobre la creación del planeta. Los ángeles caídos y las batallas recuerdan a El señor de los anillos y la entrada de los animales al Arca sería fascinante si no fuera porque los efectos especiales no están tan elaborados como cabría esperar de una superproducción de estas características.

Russell Crowe realiza una convincente encarnación de Noé, un personaje que encaja perfectamente en la galería de antihéroes de la cinematografía de Aronofsky porque le mueve la obsesión. Cisne negro giraba en torno a la obsesión por alcanzar la perfección, en Réquiem por un sueño las drogas eran el epicentro, en El luchador el alcanzar una segunda oportunidad y aquí la obsesión reside en cumplir una misión divina, incluso si es a costa de la felicidad de los seres queridos (aquí Aronofsky ha tomado ideas de la historia de Abraham). Me gusta y me creo a  Jennifer Connelly  como esposa fiel y solícita hasta que descubre que la obcecación de su marido está llegando muy lejos, pero tengo un problema con sus hijos, y es que todos me parecen unidimensionales: Logan Lerman supeditado por sus hormonas alteradas, Emma Watson ahogada en sollozos, Douglas Booth luciendo palmito y poco más y el pequeño… ni una línea de diálogo en la que podamos descubrir a qué le parece él todo esto del diluvio. Por último, Ray Winstone con un papel de villano clásico y Anthony Hopkins restando solemnidad al asunto como Matusalén.

Noé navega entre dos aguas sin terminar de decantarse por ninguna de las dos. Por eso, creo que tomar una posición agnóstica es la mejor forma de disfrutarla, aceptando las licencias que se toma de la Biblia como se toman en cualquier otra adaptación de un referente literario y verla como lo que es: la culminación de la obsesión de un cineasta por llevar a la pantalla la historia que le marcó de pequeño y hacerla suya, integrando en ella su colección de temas y símbolos recurrentes. No podemos decir que Aronofsky haya vendido su alma al cine de masas pero sí que las historias de alcance menos universal le sientan mejor.

6’5/10

O.C: El manantial (1949)

¿De qué va?: Howard Roark es un arquitecto vanguardista, ávido de romper con todo lo establecido hasta ahora en su ámbito profesional. Dominique Francon es una columnista que también ama la individualidad y todo lo que libere al hombre de la esclavitud de las ideas. Juntos, iniciarán una guerra contra el mundo de lo convencional.

Reputación: La escritora Ayn Rand escribió la novela The Fountainhead y creó a su protagonista basándose en la vida del arquitecto Frank Lloyd Wright, al que admiraba profundamente y que fue considerado como un adelantado a su tiempo por sus innovadoras ideas arquitectónicas. La novela se convirtió en un best-seller y fue la más leída por los soldados americanos durante la 2ª Guerra Mundial, pues encontraban en ella la inspiración para sobrevivir y seguir sus sueños cuando volviesen a casa. El guión de la adaptación fue escrito por la propia Rand, no sin antes hacer prometer al director, King Vidor, que no cambiaría nada de lo que ella había escrito en el producto final. También quería que los diseños arquitectónicos que aparecieran de la película fueran de su idolatrado Frank Lloyd Wright, pero el estudio vetó esa idea cuando el arquitecto exigió una gran suma de dinero por ello. Ayn Rand se empeñó en contratar a Gary Cooper como protagonista pese a que el actor tuviese 47 años y su personaje debía rodar la veintena. Cooper no logró asimilar los ideales modernos de su rol, tal es así que no quedó satisfecho con el discurso final de la película, el cual le pareció confuso. Le ofreció a Rand volver a rodarlo y ella se negó y después de todo no quedó contenta con la película, declarando que lo único bueno que tenía es que conseguiría nuevos lectores para la novela. Como consecuencia, no permitió que se realizara una adaptación de su novela más aclamada, Atlas Shrugged, al menos en lo que le quedara de vida.

Comentario: El manantial es una película única al tratar un tema tan poco explorado en el cine como es la arquitectura, y además, lo hace con una pasión tan grande que resulta inevitable pensar si los edificios son en realidad una metáfora que la autora ha construido para dar rienda suelta a su ideología política y hablar de una sociedad rígida y temerosa al cambio y a lo diferente, siendo los rascacielos de Nueva York una representación de la victoria del capitalismo, edificios vulgares y sin personalidad para el beneficio de la masa. Resulta muy extraño que una película tan crítica con la sociedad moderna y con un mensaje tan radical, individualista e independiente haya salido de un gran estudio de Hollywood. Es mucho más interesante por lo que dice, y el debate que genera en consecuencia, que por cómo lo cuenta, pues acarrea con un desarrollo dilatado y la interpretación, a veces acertada y otras veces sobreactuada, de Patricia Neal.

Próximo visionado: Los tres días del Cóndor (1975)

El rincón de Chechu: Volver

Hay un poema de Luz Pozo Garza que hace años leí en un libro de mi padre, un poema que brillaba en medio de aquella antología, pequeño, corto, casi desmayado hacia el final de una de las páginas centrales, y recuerdo que lo copié a mano en una libreta y más tarde volví a él tantas veces, lo utilicé para dedicar una novela que regalé hace mucho tiempo a una persona ya olvidada, viajó conmigo y creí saberlo y tenerlo dentro para siempre como ese de Pimentel donde un niño caza pájaros para pincharles los ojos con un alfiler, soltarlos y ver y oír cómo se estampan contra el muro de su jardín.

Esta noche tuve la peor pesadilla de mi vida, soñé que me moría. Era una muerte agónica, yo tumbado en la cama de un hospital y mi familia a mi alrededor, yo sabía que me faltaba muy poco tiempo y de pronto noté la muerte como ahogándome, supe que ya eran mis últimos minutos, agarré el brazo de mi madre que estaba junto a mi cama y empecé a respirar muy fuerte como un pez sobre la arena que se muere, miraba hacia la pared blanca de enfrente y solo respiraba más, aferrándome a esa habitación e intentando aguantar otro segundo allí, y el terror ante lo desconocido que se avecinaba me atenazó los músculos y me nubló la mente y la memoria hasta que no supe más que respirar entre estertores y fijar la vista en la pared del hospital, temblando de miedo ante qué, se me iba todo ya, qué sería de mí, hacia dónde iba, existiría el infierno o la otra vida, intenté recordar mi infancia en un último intento por morir dulcemente pero no pude, de pronto se me paró el corazón y lo último que pensé, temblando hacia la negrura, fue que estaba solo y aterrorizado, como un niño ante la noche sin la presencia de sus padres.

Todavía estoy asustado después de la pesadilla: fue un sueño de los que perduran y que ya nunca podré olvidar, el más vívido de todos extrañamente, morir y ese temor abismal, el silencio y la nada. Estuve despierto varias horas, vi amanecer a través de los huecos de la persiana y para tranquilizarme empecé a recordar poemas y canciones y a recitar mentalmente, un truco que aprendí hace un tiempo para mantener la calma. Entonces llegué sin saber por qué al poema de Luz Pozo, cómo era aquel poema de Luz Pozo, ese que brillaba en la antología, ese pequeño y desmayado, cómo empezaba, qué verso era el primero, ¿y el último? No fui capaz de recordar una sola palabra de aquel poema que copié en la primera página de una novela. ¿Pero qué novela? Estuve varios minutos evocando imágenes: la página de la antología donde estaba el poema, el contorno tímido de sus versos, de sus dos estrofas; mi letra a bolígrafo azul escribiendo letra a letra el poema en la primera página de una novela… ¿o era otro libro de poemas? Desesperado, intenté recordar lo más sencillo: a quién le había regalado el libro. Supe que a una mujer, pero me fue imposible recordar a cuál, a cuál de las dos o tres personas de las que me he enamorado, nada, no hay recuerdos, a quién, no puedo recordar y he soñado que me moría y al morir no podía recordar.

Tarkovski pensaba que lo único que existe es el pasado porque el presente se nos escapa entre los dedos. Nuestra vida real es el tiempo recobrado. Yo estoy de acuerdo con él, con su alma de poeta que buscó incansablemente el tiempo perdido para poder vivir. Cogí los cascos entonces y empecé a escuchar a Luz Casal, No me importa nada, Piensa en mí, Entre mis recuerdos, Un año de amor, Negra sombra. Y cuando llegué a Negra sombra, ya en total melancolía, comprendí que realmente estaba muriendo aquí en mi cama porque morir es olvidar el pasado.

El miércoles volveré a casa después de varios meses. He olvidado el poema de Luz Pozo. Cuando llegue, cuando abra la puerta, cuando vea el pelo blanco de mi padre que una vez me dejó aquella antología y tantas otras, su pelo blanco cada vez más blanco, le daré un abrazo a sus hombros tan fuertes e igual se me escapa una lágrima antes de volverme y bajar las escaleras hacia la biblioteca, antes de buscar el libro donde está el poema de Luz Pozo que olvidé y que encontraré para recordarlo y recordar qué libro dediqué y a quién, para no morirme desmayado como el poema en la ola del tiempo o en una cama amanecida, después de soñar mi muerte que no es más que la muerte del pasado. Siempre es mejor el verso aquel que no podemos recordar, cantaba El Cigala. Perdóname, Cigala: yo protesto. Y el miércoles vuelvo a casa a recobrar el tiempo y la vida, y a ver a mi padre cumplir cincuenta y cuatro años ya, con su pelo blanco y sus hombros fuertes que llevan sobre ellos el peso de toda una vida y de tres hijos que a partir de ahora nunca volverán a olvidar un poema.

A mi padre.

Individualismo de manual

Dir.: Neil Burger
Int.: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Miles Teller, Ashley Judd, Jai Courtney, Maggie Q, Zoë Kravitz, Tony Goldwyn, Ansel Elgort
¿De qué va?: En el Chicago distópico en el que vive Beatrice Prior, la sociedad está dividida en cinco facciones diferentes, cada una de ellas dedicada a cultivar una virtud concreta: Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición. Al cumplir 16 años, Beatrice debe elegir a qué facción dedicará el resto de su vida, pero el test que debería indicarle a cuál pertenece no resulta determinante, lo que la convierte en una Divergente, algo que las Autoridades consideran muy peligroso para el orden social descrito.

Reseña: Si alguien consigue hacer un comentario sobre Divergente sin decir las palabras mágicas, esto es, Los juegos del hambre, es un genio. Eso, o que ha vivido en una cueva durante los últimos dos años y lo primero que ha hecho al salir es ir al cine a ver Divergente. Creo que todos somos conscientes, incluidos los propios implicados en el filme, de que Summit compró los derechos del libro porque quería encontrar otra franquicia que le funcionara tan bien como la de Los juegos del hambre, que es la única saga literaria juvenil que ha conseguido triunfar al mismo nivel de Harry Potter y Crepúsculo. La duda estaba en si conseguiría estar a la altura o naufragaría como tantas otras. De momento parece que tendrá el suficiente éxito para asegurarle una continuación, por lo que ya podemos empezar a familiarizarnos con Triss Prior y su mundo dividido en facciones.

Las similitudes entre Los juegos del hambre y Divergente saltan a la vista: sociedad futurista estratificada y tiránica, joven heroína que se fortalece gracias a las duras pruebas a las que debe someterse, inevitable historia de amor… En cambio, mientras que la aventura de Katniss Everdeen prestaba más atención a la insensibilización de la violencia y la rebelión de la clase obrera, las hazañas de Triss Prior tienen que ver más con la búsqueda de la identidad individual y con ser uno mismo en vez de cumplir con lo que la sociedad cree que es tu labor en el mundo. Los intentos de Triss por encajar en un colectivo sabiendo que no pertenece ahí no se diferencian demasiado de los jóvenes que hoy en día ocultan su condición sexual para no ser discriminados. Si nos ponemos a ello, hasta podemos establecer una comparación entre los divergentes y la ley rusa contra la propaganda homosexual. Pero no lo haré (aunque ahí queda).

Y no lo voy a hacer porque dudo que ese símil se le haya pasado por la cabeza a alguno de los responsables de la película, cuya principal meta no debía ser otra que ofrecer un entretenimiento en la línea de Los juegos del hambre con el que poder rentabilizar el dinero invertido. Por eso, a pesar de que la cinta se alargue en más de dos horas, nunca se acaba de explicar del todo bien el funcionamiento de esta sociedad distópica, la dirección de Neil Burger está puesta en piloto automático y no se termina de conectar con lo que se está viendo a pesar de los esfuerzos de Shailene Woodley. Ella es la principal aliada del proyecto y la que lo saca adelante gracias a la convicción que demuestra en toda la evolución de su personaje. Además, establece una buena química con su partenaire masculino, Theo James, al que habrá que ver cómo continúa en las próximas películas. De momento no lo hace mal a pesar del hieratismo de su personaje.

Divergente sigue las normas no escritas de las adaptaciones de sagas literarias incluso al reservar un papel secundario a un actor de prestigio, en este caso, Kate Winslet, quien se gana su cheque sin mucho esfuerzo. La película también se nutre con un elenco de actores secundarios muy vistoso, con algunos esperando en la sombra a una mayor presencia en el futuro como es el caso de Ray Stevenson. Por otra parte, a los fans de The Spectacular Now les resultará curioso ver a Woodley y Miles Teller dándose hostias después de haberse querido tanto en aquella ocasión. En definitiva, Divergente es un entretenimiento aceptable, previsible y no muy emocionante que de momento se queda como una hermana pequeña de Los juegos del hambre a la espera de una secuela más espectacular y con un desarrollo narrativo más emocionante. Eso también ocurrió con la saga de Jennifer Lawrence, así que esperemos que en el caso de Shailene Woodley también se cumpla.

6/10

Itinerario de estrenos de abril 2014

Numerosos e interesantes estrenos nos llegan en Abril, mes que empieza con el sorprendente éxito de 8 apellidos vascos, desde ya la película española más exitosa de este año si la quinta parte de Torrente no consigue levantar las mismas pasiones cuando se estrene. Quiero aprovechar para aplaudir la iniciativa de mi cine de toda la vida, Multicines Tenerife, de ofrecer a precio reducido varias sesiones en versión original subtitulado, tanto de películas independientes como de las grandes superproducciones de la temporada, y creo que está teniendo muy buena acogida. Me alegro mucho y ojalá sea el principio de una tendencia que se alargue en el tiempo y se extienda a otros cines.

Noé: Darren Aronofsky (Cisne negro) presenta por fin su película más ambiciosa hasta la fecha, una adaptación un tanto libre del pasaje de la Biblia en torno a la figura de Noé, un hombre corriente que fue elegido por Dios para que sobreviviera junto a su familia a un diluvio universal gracias a la construcción de un gran Arca en la que albergó a una pareja de cada especie animal que habita en el planeta. Las comunidades religiosas más devotas de Estados Unidos han puesto el grito en el cielo debido a las licencias que se ha tomado el director a la hora de trasladar la historia al cine, aunque la crítica y la taquilla han respondido bastante bien sin llegar al entusiasmo. Russell Crowe (El hombre de acero), Jennifer Connelly (Un cuento de invierno), Emma Watson (The Bling Ring), Logan Lerman (Percy Jackson y el mar de los monstruos), Douglas Booth (LOL) y Anthony Hopkins (Thor: El mundo oscuro) son sus protagonistas.
Estreno: 4 de abril

Frances Ha: Noah Baumbach (Greenberg) firma su mejor película hasta la fecha con su pareja, Greta Gerwig (Lola versus), como co-guionista y absoluta protagonista. Ella da vida a Frances, una joven que a pesar de tener 27 años ha decidido seguir su sueño de ser bailarina en una compañía de danza de Nueva York. Disfruta de la vida sin demasiadas preocupaciones junto a su mejor amiga, Sophie, pero cuando ésta se muda para vivir con su novio, Frances comenzará a darse cuenta de que necesita empezar a madurar. Mickey Summer (Casi perfecta), Adam Driver (A propósito de Llewyn Davis) y Michael Zegen (The Walking Dead) secundan a Gerwig en esta encantadora comedia en blanco y negro nominada a un Globo de Oro y a dos Independent Spirit Awards.
Estreno: 4 de abril
Crítica

Mejor otro día: Basada en una novela de Nick Hornby, se trata de una comedia sobre cuatro personas desdichadas que coinciden en la azotea de un rascacielos de Londres la noche de Fin de Año dispuestas a acabar con sus vidas. En lugar de saltar, deciden dar una nueva oportunidad a la vida al menos hasta el día de San Valentín, lo que hará que formen un particular grupo de apoyo. Pascal Chaumeil (Llévame a la luna) dirige el filme protagonizado por Pierce Brosnan (Amor es todo lo que necesitas), Toni Collette (Sobran las palabras), Aaron Paul y Imogen Poots, estos dos últimos también este mes en cartelera con Need for Speed. El libro es bastante ameno pero me parece que no acaba de aprovechar su potencial, y a tenor por las críticas vertidas hasta ahora las película le va a la par.
Estreno: 11 de abril

El tour de los Muppets: Secuela del regreso a la gran pantalla en el 2011 de los conocidos anteriormente como Teleñecos y que empieza con Gustavo y compañía embarcados en una gira por todo el mundo, aunque se verán envueltos en una intriga internacional encabezada por Constantine, el delincuente número uno del mundo y la viva imagen de Gustavo. Ricky Gervais (Increíble pero falso), Ty Burrell (Modern Family) y Tina Fey (Proceso de admisión) ejercen de acompañantes de carne y hueso, además de numerosos cameos de estrellas como Tom Hiddleston, Salma Hayek y Christoph Waltz. La entrada en el box-office norteamericano no ha sido muy potente pero las críticas han sido generalmente positivas, pero no tan buenas como las de su antecesora.
Estreno: 16 de abril

The Amazing Spider-Man 2: Secuela del reboot de la saga cinematográfica del Hombre Araña que vuelve a estar dirigida por Marc Webb y protagonizada por Andrew Garfield y Emma Stone. En esta ocasión, Peter Parker está a punto de graduarse y se ve incapaz de cumplir la promesa que le hizo al padre de Gwen Stacy de mantenerse alejado de ella, pero todo se complica con la aparición de un peligroso enemigo, Electro, y el regreso de un viejo amigo, Harry Osborn, que le da nuevas pistas del pasado de sus progenitores. Jamie Foxx (Asalto al poder), Dane DeHaan (Cruce de caminos), Paul Giamatti (Al encuentro de Mr. Banks), Chris Cooper (Agosto) y Felicity Jones (Como locos) son los principales fichajes de esta continuación con intenciones de convencer a los que aún piensan que un reinicio de la franquicia no era necesario.
Estreno: 17 de abril

Se levanta el viento: Última película del maestro de la animación Hayao Miyazaki (Ponyo en el acantilado), pues ha sido él mismo quien ha anunciado que ha llegado el momento de su jubilación. El filme relata la biografía del diseñador aeronáutico Jirō Horikoshi y recrea sucesos históricos que marcaron su vida como el terremoto de Kanto de 1923 o la Gran Depresión, pero nunca se menciona que fue quien diseñó el avión de combate Zero que fue usado en el ataque a Pearl Harbor. Fue nominada a muchos premios de mejor  cinta animada aunque Frozen: El reino del hielo se acabó imponiendo casi siempre. Críticas notables pero sin llegar al nivel de las que cosechó por El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke.
Estreno: 25 de abril

Divergente: Adaptación cinematográfica de la primera entrega de una saga literaria juvenil que guarda varias similitudes con Los juegos del hambre. Así, nos encontramos en un mundo distópico dividido en 5 facciones: Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición. Todos los miembros de la sociedad deben elegir a los 16 años a qué bando quieren pertenecer ateniendo a sus virtudes más destacadas. Pero cuando la joven Beatrice Prior se somete a las pruebas que le dirán qué facción debe escoger, los resultados no son determinantes, lo que la convierten en una Divergente, algo que las Autoridades considera muy peligroso para el orden social descrito. Neil Burguer (Sin límites) dirige el filme que cuenta con un reparto encabezado por Shailene Woodley (Los descendientes), Theo James (Underworld: El despertar), Kate Winslet (Una vida en tres días), Miles Teller (Noche de marcha), Jai Courtney (La jungla: Un buen día para morir) y Ashley Judd (Objetivo: La Casa Blanca). Su secuela está asegurada debido a la buena respuesta en taquilla, aunque la crítica no ha sido demasiado benevolente.
Estreno: 30 de abril

Y además…

El desconocido del lago
Estreno: 4 de abril
Crítica

Seguridad no garantizada
Estreno: 11 de abril
Crítica

Actriz del mes: Shailene Woodley

Nombre completo: Shailene Diann Woodley

Fecha de nacimiento: 15 de noviembre de 1991

Lugar de nacimiento: Simi Valley, California (EE.UU.)

Filmografía destacada:

Allegiant (2016)
Insurgent (2015)
The Fault in Our Stars (2014)
White Bird in a Blizzard (2014)

Divergente (2014)
Aquí y ahora (The Spectacular Now) (2013)
Vida secreta de una adolescente (TV) (2008 - 2013)
Los descendientes (2011)
Moola (2007)
Felicity: La aventura de una niña americana  (TV) (2005)
O.C. (TV) (2003 – 2004)
Un lugar llamado hogar (2004)

Méritos: La prensa, que es muy propensa a colocar etiquetas, ya dice de Shailene Woodley que es la nueva Jennifer Lawrence. Como si la JLaw estuviera ya pasada de moda y necesitara una sucesora. Y todo porque ambas son las heroínas de sendas adaptaciones de sagas literarias juveniles con varios elementos en común, pero hay algo más de lo que muchos no se percatan: las dos encabezan el recambio generacional que Hollywood demanda cada cierto tiempo. Woodley no es una mujer cañón, pero en las pocas películas en las que ha participado ha demostrado de sobra un talento interpretativo que le funciona tanto para triunfar en Sundance como para liderar una nueva saga cinematográfica con intenciones de rascar un poco del éxito de Los juegos del hambre.

Woodley puede respirar tranquila porque Divergente ha superado la prueba de fuego del box-office americano, que le asegura al menos el rodaje de la segunda parte, Insurgente, la cual se empezará a rodar el próximo mes de mayo para poder estrenarla el año que viene, no vaya a ser que el público se olvide de ella. Al menos este triunfo le quitará el disgusto que le habrá dejado la supresión de sus escenas (rodadas en 3 días) como Mary Jane Watson en The Amazing Spider-Man 2, que también se estrena este mes, y que deja en el aire su participación en la tercera entrega. Quizás una franquicia sea suficiente para ella si quiere continuar su noviazgo con el cine indie, cuyos últimos frutos han sido la encantadora The Spectacular Now, aún pendiente de estreno en España, y White Bird in a Wizzard, lo nuevo del cineasta Gregg Araki (Mysterious Skin). Y ahí no termina su protagonismo este año, porque su siguiente estreno, The Fault of Our Stars, otra adaptación de un exitoso libro juvenil, aspira a convertirse en el ‘sleeper’ del verano. Resumiendo, Shailene Woodley no debería quedarse a la sombra de nadie, pues reune todas las cualidades para brillar por sí misma.

 
Extras:

Tráiler de Divergente

Tráiler de The Fault in Our Stars

Tráiler de White Bird In a Blizzard

Tráiler de The Spectacular Now

Entrevista sobre Divergente junto a Theo James