Mac y Kelly son una pareja de treintañeros que está convencida de que han adquirido el aplomo necesario para la vida de adultos cuando tienen un bebé y compran una casa en un bonito vecindario, pero sus ilusiones se vienen abajo cuando descubren que una fraternidad universitaria se está mudando a la casa de al lado. Al principio intentan controlar la situación siendo enrollados con sus nuevos vecinos , pero cuando las fiestas de los jóvenes empiezan a salirse de madre, no les queda otra que ensuciarse las manos para recuperar la tranquilidad en el barrio.
Malditos vecinos es un estupendo híbrido entre los subgéneros, made in USA, de la comedia ‘peterpanesca’ y el de las juergas universitarias. La primera ha tenido un gran filón en los últimos años gracias a Judd Apatow y su clan, mientras que la segunda tuvo su momento de mayor gloria en la década de los 90, siendo exportada fuera de las fronteras a pesar de que para el resto de los mortales eso de las hermandades con letras griegas nos sonase a chino. La película se vale de la improvisación de sus actores, referencias a la cultura pop y algo de escatología para que la maquinaria humorística funcione, y lo consigue, al tiempo que pone frente a frente los miedos de los dos bandos rivales; unos, que tienen miedo a lo que pasará cuando se enciendan las luces al final de la fiesta, y los otros, que puede que aún no dispuestos a entrar en la vida adulta como ellos creían.
El mayor hallazgo de la nueva película de Nicholas Stoller (Eternamente comprometidos) es el colocar a la protagonista femenina en la primera línea de la disparatada guerra, en vez de relegarla a un segundo plano desde donde intentar poner algo de cordura; incluso se hace un chiste sobre eso referente a las comedias de Kevin James (y Adam Sandler por extensión). Rose Byrne, infravaloradísima actriz con demostradas tablas tanto tanto para el drama (Daños y perjuicios) como para la comedia (La boda de mi mejor amiga) se coloca a la misma altura que sus compañeros de reparto, Seth Rogen y Zac Efron, para demostrar que las mujeres pueden ser igual de graciosas y divertidas que ellos o más. De hecho, ella protagoniza muchos de los mejores momentos de la película.
Destinada a ser mejor recibida en Estados Unidos que en el resto del mundo, Malditos vecinos es para el que esto escribe una de las mayores revelaciones de la temporada. No esperaba gran cosa, algunas risas esporádicas si acaso, y lo cierto es que consiguió arrancarme varias carcajadas continuas. Hasta Zac Efron está genial en un papel hecho para que se pueda lucir como nunca. La película está más hilada a través de los gags que de su guión propiamente dicho, pero qué gags: la fiesta temática de Robert De Niro, el “ordeño”, el mercadillo de penes, las jugarretas… y las pequeñas aportaciones de secundarios como Ike Barinholtz, Lisa Kudrow y Christopher Mintz-Plasse tampoco son para nada desdeñables. Especialmente recomendable para amantes del humor gamberro pero con corazón a lo Padre de familia.
7’5/10
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